Llegaba, se acicalaba y maquillaba como el protocolo del espectáculo requería, preparaba la música y las luces, y se relajaba tomando una copa antes de que el show diera comienzo.
De repente, un hombre de gran complexión con una asombrosa cantidad de tatuajes en los brazos y un largo pelo que escondía su rostro, y con ello la expresión,entró en la sala.
- Es tu turno Aiko.
- ¿Ya? Pero si acabo de llegar. Dijo con desánimo
- Menos quejas y a trabajar. Es un viejo, por lo que traeré más alcohol.
Aquel hombre se portaba bien con ella, sentía una enorme pena por la joven "actriz" de 17 años que sus jefes habían secuestrado dos meses atrás, la cual noche tras noche hacía su pequeño gran papel, hasta que el telón, a altas horas de la madrugada, comenzase a bajar...
Wolf hacía simplemente su trabajo, cierto es, pero al menos no le pegaba y a pesar de estar prohibido, le llevaba un par de botellas de ron para que luego ella emborrachara y fingiera haber tenido una noche de lujuria y desenfreno con los clientes cuando estos no eran excesivamente de su agrado. ( Es decir, viejos verdes y algún que otro magnate, junto a los políticos corruptos los cuales no soportaba) -Digna actuación de los mejores teatros del mundo... Se dijo.
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